El tercer cerebro o cerebro humano surge de la evolución de una familia de neuronas esbozadas en el hipocampo de otras especies de mamíferos inferiores.
Se lo conoce como neocórtex (corteza nueva) y está formado por una lámina de seis capas de neuronas que desplegada tendría el tamaño de un tablero de ajedrez, pero que se pliega sobre sí misma formando numerosos pliegues o circunvoluciones, de tal forma que envuelve a los otros dos cerebros que lo preceden evolutivamente.
El neocórtex es el encargado del razonamiento humano y de la anticipación de resultados. Su función consiste en recrear estados posibles de la realidad futura, para elegir la opción más adecuada sin riesgos. Dicho de otro modo, es un simulador virtual de la realidad en el que se pone a prueba distintas opciones, con el fin de predecir resultados. Este cerebro exclusivo de los seres humanos se encarga de todas aquellas actividades que conocemos como voluntarias, como el razonamiento, el cálculo, el lenguaje, el arte, etc., dota de sentido a toda actividad anteriormente irracional o emocional. Su presencia no excluye a los otros dos cerebros, que no dejan de operar en ningún momento, pero sí otorga un nuevo nivel de acción sobre ellos.
La mayor parte de las actividades humanas se llevan a cabo con la coordinación de los tres cerebros. La consciencia de estas tres entidades dentro de cada individuo es indispensable para entender la naturaleza compleja y a veces contradictoria del homo sapiens, pero sobre todo es imprescindible para obtener el mayor rendimiento de las capacidades innatas del órgano rector de la especie más desarrollada intelectivamente de la evolución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario